Claudia & Marc
Da comienzo la jornada en un ambiente natural, luce un sol de justicia que obliga a buscar la sombra bajo los árboles, o abanicarse sin descanso.
La llegada de los invitados es escalonada, mientras, nuestros protagonistas, se visten acompañados de sus familiares, entre risas y anécdotas discurren los momentos previos a la ceremonia,
La llegada del autocar es recibida con expectación, en él se encuentran amigos que hace años no ven y han realizado un largo viaje para compartir juntos un día tan especial.
Cada pareja marca estilo propio y carácter a su fiesta, y en éste caso, la naturalidad, la sencillez y cercanía que muestran contagia y ayuda a disfrutar sin fisuras de un ambiente acogedor, relajado y sumamente divertido.
Sus miradas cómplices hablan sin palabras, sus manos enlazadas muestran sintonía en cada gesto, las lágrimas brotan al escuchar las palabras que familiares o amigos les dedican, y tras darse el “sí quiero”, pequeñas ramas de olivo lanzadas sobre sus cabezas, cubren la tierra pisada.
Música, risas, abrazos y felicitaciones conjugan un hermoso verbo, “compartir”. Cada minuto, cada experiencia, cada instante nos permite tomar conciencia de aquello que es importante, de todo cuanto a nuestro alrededor nos aporta y permite crecer como personas.
Y por fin, “desde la Torre”, el púrpura del cielo va transformando silenciosamente el día en noche, poco a poco la melodía y el murmullo darán paso a los sueños, a los recuerdos, a una historia que ahora comienza.
Texto: Dolores Acedo