Día de lluvia y nervios tras meses de visitas, valoraciones y decisiones convertidas en una “historia” única, personal e inolvidable.
Sin importar nubes ni gotas de agua, sonriente junto a su madre y amigos degusta un café acompañado de pequeños dulces que calmarán su inquietud hasta que llegue el momento de ir al encuentro de su compañera.
Anécdotas y risas son las protagonistas durante el proceso de arreglarse; camisa, cinturón, zapatos, cada detalle es importante. Protagonista él, pero también aquellos que en el transcurso de los años han formado parte de su vida, dando lugar a una incondicional unión valorada y apreciada por todos.
Llega el momento de la novia, entusiasta y risueña ultima preparativos junto a sus padres y hermana antes de comenzar a vestirse. El agua que continúa cayendo, acompaña sus idas y venidas mientras organiza complementos y ropa para que todo esté en su sitio cuando lo necesite.
Suena el timbre, son los primos que llegan para arropar y acompañar a su querida Sandra, uno de ellos es el encargado de leer el texto antes de entregarle su ramo de flores.
Los invitados esperan deseosos de ver llegar a los novios, primero Sergio de la mano de su madre, y después la novia junto a su padre, vivas y aplausos, vítores y alegría, es un gran día para todos.
Tras la ceremonia la fiesta, el jolgorio, los juegos y la música hasta que el cuerpo aguante, todo ello formará parte del recuerdo, del recorrido que juntos han querido hacer.
Texto: Dolores Acedo













































