La gran aventura
Sin fronteras que limiten caminos, paisajes y sueños, con objetivos claros profundos e intensos.
Sin etiquetas, convencionalismos ni diferencias, con respeto, tolerancia y empatía.
Sin banderas que acoten sentimientos, con sinceridad, lealtad y confianza.
Sin idiomas excluyentes ni palabras ofensivas, con un lenguaje seguro, resuelto y afectuoso.
Así da comienzo el camino, la aventura común en pareja, el recorrido intenso y extenso, el sueño inequívoco compartido en cualquier rincón del mundo.
Bajo el sol de Junio y en un entorno privilegiado tiene lugar la ceremonia, el compromiso, la fiesta. Saludos, felicitaciones, risas y lágrimas forman un paisaje feliz y entusiasta; abrazos cálidos llenos de sentimiento, frases dichas desde el corazón y emociones a flor de piel.
Compartir y formar parte de un día tan significativo produce una satisfacción inusual por lo que representa, tanto para los novios como para todos y cada uno de los invitados, porque la historia continúa, el viaje prosigue, y la aventura se torna más vívida e intensa.
Texto: Dolores Acedo